8 de agosto de 2016

¿Qué Hace La Gente Frente Al Riesgo?






Es interesante observar la reacción de las personas frente a un mismo estímulo. En general, aceptan hablar de “Seguros” solo después de alguna experiencia negativa que les hizo ver lo expuestos que pueden estar a un daño. No antes.

¿Por qué?
Las explicaciones son variadas y de muchas vertientes, pero para no perderse en análisis vanos iremos sobre cosas concretas.
Desde lo básico, podemos identificar cuatro opciones separadas en dos grandes grupos:

·         Ignorancia
·         Indiferencia
·         Prevención
·         Previsión

Las dos primeras están en el grupo de los que miran para otro lado, suponiendo que pensar en probables riesgos es “atraer a la mala suerte” o “nutrirse de pensamientos negativos”, abandonándose a un criterio mágico fenoménico: Si no pienso en nada malo, nada malo va a ocurrirme.
Las dos siguientes se agrupan entorno a quienes creen que una actitud inteligente de vida está en anticiparse a ciertos hechos globales y tomar una actitud por activa sobre ellos, es decir, echar mano de acciones preventivas para evitar la ocurrencia de ciertos hechos probables o posibles.

En la “Ignorancia” radica el desconocimiento absoluto del riesgo. El individuo jamás reparó que en un ámbito determinado puede existir un riesgo cierto que lo afecte.
No sale a la calle pensando que lo va a atropellar un auto o que será víctima de un robo; pero lo cierto es que si cruza la calle distraído o hablando por celular o mirando en el sentido en que el tránsito va y no en el que viene, lo más probable es que un imprevisto ocurra.
A priori, nadie hará algo si sospecha que puede salir dañado. No obstante esto, los daños y las consecuencias ocurren y, en la mayoría de los casos, son devastadoras.

Quien opta por la “Indiferencia” es, a mi juicio, el más temerario. Sabe que las cosas ocurren y que pueden ocurrirle, no obstante ello elige arriesgarse y no emprender ninguna acción al respecto. Desestima como útil pagar por un seguro de incendio; dice “guardo en una cuenta lo que pago de seguro por mes y si pasa algo me cubro con eso y evito que la compañía utilice mi dinero mientras tanto”

Lo que no sabe es que si tres días o dos meses después de contratar el seguro, su departamento vuela por los aires por una fuga de gas en la vivienda contigua, la compañía pagará los gastos del siniestro cuando tan solo el asegurado pagó un par de cuotas o a veces ninguna.
La pregunta que debería hacerse entonces es “¿Puedo de un dia al siguiente volver a comprar una vivienda en caso de que la que habito quede destruida por un imprevisto? Si la respuesta es sí, lo felicito por su buen pasar. Si es no, necesita un seguro sin dudas y urgente…

Cuando el individuo es “Prevenido” se preocupa por tomar decisiones que apunten a evitar la ocurrencia de un siniestro. Un accidente es un hecho fortuito y de ocurrencia ajena a nuestra voluntad del cual somos víctimas. Para el conductor que circula por los espacios habilitados, cumpliendo con las normas de tránsito y apegado a las reglas de seguridad es un accidente que un conductor distraído lo embista pasando un semáforo en rojo.
Pero para quien lo embiste, el choque no es un accidente porque sabe a priori que la conducta de pasar un semáforo en rojo y distraerse son dos conductas inaceptables al volante de un vehículo. Para él no se trató de un accidente sino de una conducta temeraria, irresponsable y culposa en la que sabe de antemano que de llevarla a cabo causará un posible daño.


Entonces un conductor “prevenido” decidirá conducirse con un criterio de “manejo defensivo”, esa será su elección de acción para prevenirse de un riesgo posible.
Por último, quien opta por una actitud “Previsora” será aquel que atenuará todo lo posible el acontecimiento de un accidente. Si sale a la ruta conduciendo su vehículo , lo hará solo luego de someterlo a una revisión a conciencia y estando seguro de que sus frenos funcionan, que las luces están en condiciones, que la presión de los neumáticos es la correcta, que lleva auxilio, que su seguro está al día y que su licencia de conductor está vigente, por citar solo algunos de los muchos ítems que uno debe observar para minimizar la ocurrencia de un accidente.




Y recordar siempre que la definición de accidente lo conceptúa como un hecho derivado de una causa violenta, súbita, externa y ajena a la voluntad de la víctima que sufre un daño a consecuencia de dicho hecho.

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